Cambió la suerte

     Central Córdoba abrió el marcador ante Juventud Unida en el Gabino Sosa sin haber rematado al arco y sobre el final lo sentenció. Lucas Vidolini en contra y Ezequiel Amilivia anotaron y pusieron al Charúa en zona de reducido

     Sin haber jugado un buen partido, el elenco de Ariel Cuffaro Russo pudo sobreponerse a Juventud Unida y volver al triunfo en el Gabino Sosa. La visita se quedó rápidamente con uno menos por una tonta expulsión y Central Córdoba no tenía la claridad para siquiera poder patear al arco, sin embargo, un centro peligroso de Gerardo Pérez encontró la pierna de Lucas Vidolini y abrió el tanteador para el Matador. Además, sobre el final apareció el olfato goleador de Ezequiel Amilivia para decretar el 2-0 final. El Charrúa, en zona de reducido.

     Era el partido a ganar. Porque el rival se presentaba como accesible por ser el colista en las posiciones y promedios, además de contar con un plantel diezmado por suspensiones, lesiones y retiros de último momento. El cotejo ideal para volver a la victoria en casa, seguir sumando y lograr así treparse a los primeros lugares del campeonato. Y se consiguió. No de la forma deseada, pero la misión era cosechar los tres puntos y Central Córdoba cumplió con esta meta.

     Prontamente, la cancha se inclinaba en favor de los de Tablada. Tan sólo 2' minutos de juego y codazo sin pelota de Leonardo Espinoza a Ezequiel Amilivia. Excelente y destacado accionar del juez de línea, quien levantó su banderín para dar aviso al árbitro del encuentro, que expulsó correctamente al central del Lobo. Contrariamente a lo esperado, esta sanción dejó expuestas las falencias de Central Córdoba para atacar al desordenado combinado de Marcelo Straccia.

     Con dicha diferencia en el verde césped, el Matador se calzaba el buzo de protagonista, cuestión que le pesó durante todo el partido. Los jugadores no lograron conectarse entre sí, no generaron situaciones de riesgo y no pudieron dar tres pases seguidos sin que apareciera un error individual o que un rival intercediera en la acción. Para los visitantes, la idea era amontonar mucha gente atrás y mandar pelotazos para que los más adelantados se las arreglaran.

     Si hay que mencionar situaciones en esta primera parte, sólo destacar a los 40', una habilitación de Cristian Vella por encima de la defensa contraria para el ingresado Marcelo Zaen, quien se metió al área y lanzó un disparo que no tenía destino de red, pero el portero la envió al costado. Y sobre el cierre de esta etapa, disparos de Emiliano Mosman y Alexis Valenzuela, de lejos y desviados.

     Para el complemento, la tónica de este enfrentamiento arrancó igual que como comenzó desde el pitazo inicial de Cristian Cernadas. Aunque ahora, los de Straccia lucían un poco más acomodados y firmes en el fondo, mientras que los de Cuffaro Russo bien adelantados en el campo de juego y con futbolistas por todos los frentes de ataque. A los 4', Alfredo Resler asistió muy bien a Federico Ferrari, la bajó con la mano y convirtió el gol. El árbitro lo anuló correctamente.

     El tiempo pasaba y el Charrúa no generaba. Se veía insostenible la presencia del doble cinco de marca ante un rival limitado, con uno menos y que apostaba al bochazo. Cuffaro Russo dio cuenta de esto y lo cambió. No importaba el que saliera ni el que ingresara, la cuestión era desarmar la función defensiva en el medio y poner un hombre que se moviera más arriba e hiciera circular la pelota.

     Y a los 19', Lucas Moya abrió para Pérez en la izquierda, desde donde lanzó el centro que requería la jugada. No alto porque Ferrari estaba lejos y Amilivia no iba a ganar en el salto. Tampoco al ras del suelo ya que la iban a rechazar. Sí a media altura, como la envió Lalo para no darle chance a los del Lobo de sacarla y encontrar así la inmunidad de Vidolini, que la metió en contra de su portería.

     Con el gol se abrieron los espacios. Tres minutos después, Zaen recuperó un balón en el mediocampo y se la dejó servida a Toto, quien corrió hasta meterse al área desde donde sacó un disparo débil al cuerpo de Jonathan Zarza. Claramente, este fue el primer remate válido de Central Córdoba en el partido a la meta del rival. Sí, curioso, porque fue cuando ya estaba ganando el encuentro.

     Así, el Matador fue metiéndose cada vez más en el sector defendido por Juventud Unida. Llegaba, pero no lastimaba. El ingreso de Martín Mustachi fue oportuno para que el equipo descansara en él, cuando el Gitano tenía el balón y se mareaba a quien lo viniese a marcar. Pero con más ímpetu que juego, el Lobo Rojo molestó al Polaco con algunos remates de larga distancia. Leandro Giménez, Esteban Carmenini y Valenzuela probaron, sin ningún inconveniente

     Para el cierre y hacer desaparecer cualquier idea de volver a perder puntos sobre el final, Brian Meza ejecutó un preciso cambio de frente para Ferrari, quien la aguantó de buena forma, juntó a los zagueros del rival, y le dejó el gol al Leche, que remató cruzado y sentenció el cotejo. Igualmente, el entrenador se habrá ido preocupado por el desempeño del equipo, pero sabiendo que tiene más comodidad de trabajar tales problemas con un Central Córdoba en zona de reducido para un ascenso. Las cosas que tiene el fútbol, en las dos primeras fechas jugó bien y empató, contra el Lobo Rojo no se pateó al arco y ya se veían arriba en el marcador. Cambió la suerte para el Matador. Hay que acompañarla.

SÍNTESIS DEL PARTIDO

Foto: Alicia Leonar (Fútbol Con Estilo)

Por Germán Casagrande (@German_Show)